Presente en todo momento de la vida de todo ser humano en el mundo civilizado, desde que nos despertamos a que nos dormimos, se encuentra la tipografía.

Steve Jobs atribuye en gran parte el éxito de su sistema operativo (Mac) a la tipografía, misma que aprendió como oyente en la universidad donde empezó sus estudios (no se graduó), revolucionando la norma del momento, donde todo lo dominaban las máquinas de escribir y en las computadoras había una letra semi cuadrada, ideal para los monitores del momento.

Aunque trataré este tema más a profundidad en otra ocasión, por el momento, quisiera aprovechar para mencionar las 4 categorías de tipografías que existen:Serif, Sans Serif, Script y Creativas.
Les pongo algunos ejemplos:
Serif: La más popular es Times New Roman
Sans-Serif: La más popular es Helvetica o Arial


La selección de la tipografía es lo que al final de cuentas hace o deshace una composición (anuncio, página, folleto, logotipo, etc.), pero lamentablemente, los sistemas operativos cuentan con una limitada cantidad de tipografías, que hace que todos los documentos luzcan igual al que hace alguien del otro lado del mundo (Casi todos en Times New Roman o en Arial).
En el mundo de Internet, la lista se reduce aún más, dejando sólo 8 tipos de letra que funcionan en todos los navegadores y en todos los sistemas operativos, y hasta hace poco, la única manera de poner tipografía profesional en una página web era a través de imágenes, que no permitía seleccionar el texto, perjudicaba a discapacitados con necesidad de lectores de pantalla (Braille o auditivas), mucho espacio en disco, etc.

Así hemos operado desde el comienzo de la Web hasta hace relativamente poco, con la introducción de Web Fonts, que permiten incrustar el tipo de letra en el servidor web, permitiendo a su vez que el mundo entero vea nuestra página en tipografía profesional.
Para muestra, un botón: en nuestra página web utilizamos la tipografía Kievit Pro y Cinecav X Sans.
Próximamente desarrollaremos un poco más este tema (tipografía), del cual podríamos escribir libros enteros.